Los pies cavos se conocen por una elevación en el arco plantar más alta de lo normal. Con esta patología, los pies pueden llegar a ser más cortos de lo que deberían, ya que la retracción en la musculatura disminuye su tamaño.
Aunque pueden generar dolor en la planta del pie, el pie cavo tratado de manera correcta no va a afectar en nada para que puedas llevar una vida normal.
Si sufres esta patología, es aconsejable que acudas a un especialista para te realice un estudio del pie y evalúe tu tipo de pie cavo, para posteriormente aplicar un tratamiento.
Los pies cavos es una afección contraria a los pies planos, aunque existen tratamientos que se ajustan al pie plano y pie cavo.
¿Qué es el pie cavo?
Como ya te he adelantado, los pies cavos son unos tipos de pies donde la bóveda plantar tiene un exceso de altura, lo que se conoce como un pie con arco pronunciado.
Hay varios tipos de pie cavo, en los que se encuentran los que pueden tener una desviación del pie hacia adentro o hacia afuera, aunque no siempre debe existir una desviación.
Por otra parte, los dedos de los pies también podrían verse afectado por la deformidad del pie, pudiendo dejar los dedos agarrotados hacia adentro.

Causas de los pies cavos
En la mayoría de los casos, los pies cavos se relacionan a enfermedades neurológicas. Diversos expertos han destacado la posibilidad de que la patología se presencie por causas neuromusculares, por lo que es recomendable que los pacientes visiten a un especialista que diagnostique debidamente su problema con el pie cavo neurológico.
Existen otras ocasiones en las que se presenta este problema por causas idiopáticas, esto se debe al aumento de la altura de los arcos plantares del pie que se presenta sin una razón especifica que pueda justificarlo.
Asimismo, especialistas asegurar que los pies cavos cuentan con alta frecuencia familiar, por lo que también se considera que es una afección hereditaria, aunque esto no se ha podido confirmar.
Síntomas
Los pies cavos puede manifestarse con un dolor en el talón y en el arco plantar, así como también debajo de los dedos y por el antepié. Esto se asocia directamente a un acostamiento y a una tensión muscular en la planta y en la pierna.
Los pies que están muy curvos presentan muchísimo dolor en la planta de los pies, pues se ejerce una tensión mucho mayor sobre la selección del pie que se encuentra entre los dedos y el tobillo.
El pie cavo bilateral crea una tensión muscular muy exagerada, así como también una rigidez en el puente del pie. Al presentarse esta patología a temprana edad, pueden generarse molestias, pero no altera significativamente el andar.
A pesar de esto, con el paso del tiempo los pies van tomando mayor rigidez y se empieza a manifestar una sintomatología muy característica en los adultos mayores, cosa que podría generar muchos problemas en los pacientes.
Otros síntomas que pueden aparecer son:
- Dolor en los arcos del pie
- Dorso del pie y dedos doloridos
- Dolor en la almohadilla plantar delantera
- Aparición de callosidades
- Pérdida del equilibrio
- Aparición de esguinces
- Dedos agarrotados
- Tendiditis
- Dificultad para calzarse
- Cansancio extremo al permanecer de pie
Tratamientos para pies cavos
Generalmente, los pies cavos presentan pocas molestias y no generan alteraciones más complicadas, a excepción de los casos que son por causas neurológicas. Por esta razón, el principal propósito de tratamiento es lograr aliviar todos los síntomas de los pies cavos en el paciente.
Es muy recomendable que se utilicen zapatos anchos, cómodos y flexibles, especialmente en la puntera, de esta manera, tendrás muchísima movilidad y comodidad. También puedes ir a consulta con un fisioterapeuta que te haga las terapias pertinentes.
Un tratamiento para pie cavo fundamental es el uso de plantillas ortopédicas para los pies, creadas a medida y adaptadas a tu nivel de afección.
Las plantillas para pie cavo minimizarán las molestias significativamente, pero para maximizar el resultado, el tratamiento debe asociarse con ejercicios para pie cavo.
Plantillas para pies cavos
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¿Cómo prevenirlo?
En base a lo que afirman los especialistas, aunque no se ha escrito una verdadera prevención que funcione en el pie cavo, los estiramientos pueden evitar su aparición. Algunos de estos son específicamente para la fascia plantar:
- Rueda un rodillo para masajes o una lata fría con tu pie. Las repeticiones varían dependiendo de lo que quieras, pero puedes hacer hasta 50 veces.
- Apóyate con la punta de tu pie en un escalón y bájalo de manera lenta para hacer presión en tus talones y aliviar el dolor.
- Arruga una toalla con los dedos de los pies. Repite este ejercicio las veces que desees o hasta que sientas alivio.
- Con los brazos extendidos, coloca las palmas de las manos en una pared y uno de los pies haciendo contacto con la puntera en la pared. Posteriormente, mantén la otra pierna a 45 grados apoyando la zona anterior del pie en el suelo durante 30 segundos.
Con estos ejercicios para corregir pie cavo es posible que no lo consigas por completo, pero te ayudarán a dar flexibilidad a tu zona plantar, llegando a aliviar la tensión generada por la afección.
Tipos de pie cavo
Este tipo de afección sólo dispone de dos tipos de pies cavos, que son:
- Pie cavo posterior: También llamado calcáneo-varo es un tipo de pie cavo donde la caída del talón es demasiado pronunciada.
- Pie cavo anterior: Este tipo de pies son los más frecuentes dentro de los pies cavos, y en ellos predomina un abultamiento en el dorso del pie, justo detrás de los dedos.
También, dependiendo de la inclinación del talón con respecto a la pierna, pueden presentarse en pie cavo valgo o pie cavo varo.
Otros datos de los pies cavos
La operación de pie cavo puede enfocarse al alargamiento del tendón de Aquiles o la zona interna del gemelo o una Fasciotomia plantar, que consiste en una cirugía que trata la tensión en la fascia plantar.
Los dedos en forma de garra también se pueden corregir con una operación de pies, que consiste en el alargamiento de los tendones tensores afectados.
En los casos más graves, la operación de pies cavos puede obligar a dejar las articulaciones de los pies de manera fija.